La generosidad del pueblo y la revolución cubana no tiene límites.

Esto lo sabemos de sobra los pueblos desde hace un poco más de medio siglo. Desde aquellos tiempos de la descolonización de África donde el sacrificio, la sangre y el valor de los combatientes cubanos fue determinante para la conquista de la libertad y la autodeterminación. Desde entonces, cuando escuchamos la palabra solidaridad pensamos en Cuba. Y aprendimos un principio extraordinario: ser solidario no es dar lo que nos sobra sino compartir lo que se tiene, así sea poco.

El gobierno cubano ha anunciado que para apoyar la implementación y el fortalecimiento de la paz, a la que ya ofreció su territorio para las negociaciones, otorgará al gobierno de Colombia y alas FARC mil becas para estudiar medicina durante los próximos cinco años, a partir del curso del próximo mes de septiembre. Cada cual dispondrá de 100 becas anuales. Seguramente serán para jóvenes de las regiones que durante tantos años fueron azotadas por la violencia, el abandono y el olvido. Es el espíritu de la Escuela Latinoamericana de medicina, el de formar médicos para las comunidades y sectores excluidos, médicos para la solidaridad.

Esta tarde cuando en la biblioteca José Saramago de Mairena del Aljarafe estemos hablando del libro “Paz en Colombia, crónicas de ilusiones, desencantos y viceversas“, seguramente que ubicaremos este extraordinario gesto de la Revolución cubana como un inmenso abrazo solidario a Colombia, para poder seguir, a pesar de las dificultades, apostando por la ilusión.

fuente : Suenan timbres



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