Del 23 al 26 de junio de 2016, el Foro de São Paulo realizó su XXII Encuentro en El Salvador, país gobernado desde hace siete años por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, que el día primero de este mes celebró el segundo aniversario de la toma de posesión del compañero presidente Salvador Sánchez Cerén.
Del 23 al 26 de junio de 2016, el Foro de São Paulo realizó su XXII Encuentro en El Salvador, país gobernado desde hace siete años por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, que el día primero de este mes celebró el segundo aniversario de la toma de posesión del compañero presidente Salvador Sánchez Cerén.
En sus veintiséis años de vida, la plenaria del Foro sesiona por tercera vez en San Salvador. Protagonistas de una fecunda historia de luchas en las que resaltan figuras como Augusto C. Sandino y Farabundo Martí, los pueblos de América Central, junto con sus hermanos de México, América del Sur y el Caribe, no sólo hacen una significativa contribución al Foro, sino también a la formación del actual mapa político del subcontinente, poblado por combativos movimientos populares y por gobiernos, legislaturas y alcaldías de izquierda y progresistas.
Los procesos y acontecimientos ocurridos y en desarrollo desde nuestro XXI Encuentro, celebrado en agosto de 2015 en la Ciudad de México, demuestran la certeza de los análisis, reflexiones y planes de acción que, por más de un cuarto de siglo, hemos realizado en este espacio de convergencia, debate, acción conjunta y solidaridad de los partidos, organizaciones y movimientos políticos de izquierda y progresistas de América Latina y el Caribe.
La derecha continental subordinada al imperialismo norteamericano ha intensificado las acciones con las que pretende desmantelar los procesos de cambio social que se vienen desarrollando a lo largo y ancho de nuestro continente, en lo que se perfila como una contraofensiva imperial.
La brutal ofensiva destinada a desalojar a las fuerzas progresistas y de izquierda de todos los espacios sociales, políticos e institucionales conquistados por ellas en buena lid, indican la necesidad de apurar en paso en la construcción de los nuevos paradigmas de la izquierda del siglo XXI. Es vital no perder de vista el carácter instrumental de cualquier sistema político como medio de legitimación del poder de clase, al margen de quien lo ejerza, lo cual fundamenta la necesidad de los cambios estructurales, no solo en el ámbito económico, al cual se suele hacer referencia de manera exclusiva, sino en el ámbito político, en cuanto al diseño del modelo, que nos debe llevar a una democracia que sea, participativa y protagónica, como instrumento del poder popular que asegura las victorias locales y nacionales. La izquierda debe definir estrategias para aumentar su presencia en la integralidad del poder político, avanzando en el cambio de la correlación de fuerzas en la institucionalidad del Estado, lo cual requiere no reducir la lucha política al Poder Ejecutivo. A la par de ello, los procesos revolucionarios y de cambio social en marcha en nuestro continente deben luchar por su perfeccionamiento y contra todo aquello que desde dentro de los procesos mismos, atente contra el avance de éstos. Por otra parte, a pesar de los grandes avances obtenidos, debemos identificar todo aquello que podríamos haber hecho hasta ahora y aún tenemos pendiente.
Los gobiernos de izquierda en nuestro continente han logrado dar estabilidad social, política y económica a nuestras naciones, y han sacado de la pobreza a decenas de millones de familias, que se han librado así de la marginación, el desempleo, accediendo a la salud, la educación y oportunidades de desarrollo humano. Estas acciones afectan los intereses de las clases históricamente dominantes y del imperialismo, y por ello desean recuperar el control de los gobiernos por cualquier medio y regresar al viejo esquema autoritario y subdesarrollado que tanto les ha beneficiado. La profundización de los cambios sociales alcanzados por los gobiernos de izquierda y el fortalecimiento de las luchas políticas y sociales en aras de esos cambios, es la mejor manera de enfrentar y derrotar esa contraofensiva de la derecha y el imperialismo.
Nuestros inmensos logros y los que están por venir, son parte del legado de todas las luchas históricas de nuestros pueblos por sus derechos, soberanía, independencia y autodeterminación. Como parte de la situación actual, debemos destacar la heroica victoria de la Revolución Cubana en su batalla de màs medio siglo frente a la agresividad del imperialismo norteamericano, con el reconocimiento de Estados Unidos de la derrota de su política hacia Cuba y con el inicio del proceso de normalización de relaciones entre ambos países, que sin embargo no será posible si no se pone fin al criminal bloqueo económico que ya ha sido declarado obsoleto por el propio gobierno estadounidense, y a la ilegal ocupación del territorio cubano por la base naval en Guantánamo.
Una indudable victoria continental son los avances estratégicos para alcanzar la paz en Colombia en el marco del diálogo-negociación entre el gobierno colombiano y las FARC-EP, resultado de la heroica lucha de un pueblo combativo y tenaz, frente al terrorismo de Estado impuesto por una ultraderecha criminal y genocida. La paz en Colombia hará posible que todas las fuerzas populares, revolucionarias y progresistas de ese país logren avanzar unidas en la lucha política, garantizándoles la vida, los derechos civiles y la participación política a sus líderes y militantes. Hacemos un llamado al gobierno colombiano y al ELN a avanzar en el diálogo que permita dar conclusión final al proceso para alcanzar una paz definitiva en ese hermano país. Resaltamos el papel de apoyo y solidaridad de la comunidad internacional de apoyar el proceso de negociación y su decisión de involucrarse en el seguimiento y verificación de los acuerdos para su cabal cumplimiento.
Manifestamos nuestro profundo rechazo a la militarización que se intenta restaurar en nuestro continente y propugnamos por la defensa de América Latina y el Caribe como zona de paz, tal como fue proclamada por la CELAC.
En estos momentos, se presenta un desafío fundamental para los pueblos en lucha y para el movimiento revolucionario, que es la batalla en Venezuela, cuyo pueblo revolucionario encabezado por sus fuerzas organizadas ha demostrado una capacidad de lucha y resistencia pocas veces vistas en la historia de lucha de nuestros pueblos, frente a las embestidas brutales de la oligarquía apátrida y el imperialismo. La Revolución Bolivariana es una victoria permanente y estratégica en la lucha por la libertad de nuestros pueblos.
Celebramos el triunfo de las fuerzas revolucionarias y progresistas por el rechazo del informe presentado en la OEA por el Secretario General de ese organismo, el cual vulneraria la soberanía y autodeterminación de este país. Respaldamos la iniciativa de diálogo promovida por el gobierno revolucionario venezolano encabezado por el Presidente Nicolás Maduro, el cual ha venido ganando cada vez más respaldo a nivel continental y mundial.
Elemento esencial para preservar, ampliar y fortalecer la correlación de fuerzas favorables a las fuerzas políticas y gobiernos de izquierda y progresistas de América Latina y el Caribe, es la defensa de la integridad y la orientación popular, anti neoliberal, de los mecanismos intergubernamentales de concertación, cooperación e integración, a saber, la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA TCP), la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
El proyecto del ALBA y PETROCARIBE ha sido y continúa siendo un ejemplo de la capacidad de los pueblos para ejercer la solidaridad, la complementariedad y avanzar unidos hacia un destino mejor. Es notoria la consolidación de los procesos de cambio en Nicaragua, El Salvador, Ecuador, Bolivia y Uruguay.
Es de destacar en el caso de Nicaragua, el contundente y sostenido respaldo popular al FSLN y a su líder, el Comandante Daniel Ortega, candidato presidencial para las elecciones de noviembre en ese país, en las cuales el pueblo nicaragüense, seguro de su triunfo, ha dado una lección de soberanía al no permitir la tradicional intervención de las potencias imperialistas en los procesos democráticos de nuestros países bajo el disfraz de la observación electoral, la cual será ejercida por organismos legítimamente constituidos a nivel de nuestra gran nación latinoamericana y caribeña.
La izquierda impulsa la transparencia, la honradez en el uso y manos de los recursos públicos y nos manifestamos en contra la pretensión de Estados Unidos, de arrogarse prerrogativas fiscalizadoras en el enfrentamiento a la corrupción, irrespetando la soberanía de nuestros pueblos mediante mecanismos inconstitucionales, como resultado de lo cual llama la atención que no han sido señaladas ni afectadas las figuras políticas vinculadas con la oligarquía, de donde provienen los más grandes actos de corrupción, lo cual es también un engendro del intervencionismo imperialista. El caso de la CICIG en Guatemala es emblemático en ese sentido, pero el propio pueblo guatemalteco ha demostrado que no se necesita la tutela imperial mediante organismos intervencionistas para enfrentar la corrupción, pues la garantía para eso es la capacidad de lucha de los sectores populares, siempre que se cuente con un movimiento revolucionario unido, organizado y a la altura de su misión histórica.
Reiteramos nuestro compromiso con la defensa de la independencia, soberanía y autodeterminación de nuestros pueblos. Condenamos el colonialismo en su condición como máxima expresión de la dominación imperialista sobre nuestros pueblos, y apoyamos la lucha heroica del pueblo puertorriqueño por su independencia y el justo reclamo de Argentina por su soberanía sobre las islas Malvinas. El FSP se proclama continuador histórico del Congreso Anfictionico de Panamá, convocado por el Libertador Simón Bolívar, en la lucha contra todo vestigio de colonialismo y neocolonialismo y por la unidad de nuestros pueblos.
A Bolivia le expresamos nuestro respaldo solidario e internacionalista militante de los partidos del Foro, y a la revolución boliviana en su lucha contra la guerra no convencional, antidemocrática y desestabilizadora. Exhortamos a los partidos miembros del FSP tanto de Chile como de Bolivia a seguir dialogando en aras de una solución negociada sobre la demanda histórica boliviana de una salida soberana al mar, en el marco del respeto al derecho internacional.
El Foro de Sao Paulo rechaza los paraísos fiscales, la evasión tributaria y la opacidad del gran capital en cada país, perjudicando su desarrollo económico y social. Asimismo, respalda la iniciativa del Presidente Rafael Correa de llevar a la Asamblea General de la ONU el planteamiento de la eliminación mundial de la figura de paraísos fiscales y generar mecanismos de transparencia y responsabilidad financiera.
En Brasil, el Golpe de Estado contra la Presidenta Dilma Rousseff es parte de la contraofensiva imperial que será derrotada por las fuerzas populares en todo el continente. Apoyados por los medios de comunicación, sectores del aparato del Estado y del poder económico nacional e internacional, han montado el juicio político en Brasil que es un golpe contra la democracia, los derechos sociales, la soberanía nacional y la integración de América Latina y el Caribe. El Foro de Sao Paulo expresa al pueblo brasileño su irrestricta solidaridad en su lucha que es de todo el continente, contra el golpe de Estado, por la democrracia y la defensa de las conquistas sociales del pueblo brasileño bajo los gobiernos del PT y sus aliados, encabezados por Lula y Dilma, y sumamos nuestra voz a todos aquellos que en todo el mundo, rechazan el ilegítimo gobierno golpista y demanda el retorno de la Presidenta legítimamente elegida.
El Estados Unidos viven más de 55 millones de personas procedentes de América Latina y El Caribe que contribuyen al desarrollo económico, social de ese país. Un porcentaje significativo de las 11 millones de personas indocumentadas en Estados Unidos son de América Latina y El Caribe y el gobierno de ese país no ha cumplido su promesa de una reforma integral por los derechos de la población migrante, una parte de la cual sufre una crisis humanitaria, como es el caso de los niños y las niñas retenidos en las fronteras. El Foro de Sao Paulo motiva a los militantes y simpatizantes de sus partidos en Estados Unidos a que, como comunidad, se sumen a la lucha y demanda de sus derechos y denuncien la política injerencista del gobierno de Estados Unidos hacia nuestros países.
Es necesario que el Foro de Sao Paulo fortalezca los esfuerzos por la construcciones de un frente político y social continental, integrado por movimientos políticos, sociales y populares de nuestra región, abarcando a amplios sectores de la sociedad, entre ellos aquellos que exigen el respeto a sus derechos personales y colectivo, como por ejemplo, sus orientaciones sexuales en el caso de los grupos LGBT, los sectores de la juventud, las luchas de género por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, los pueblos originarios, los afrodescendientes, que no necesariamente actúan partidariamente, pero que luchan en las calles por sus derechos y el ejercicio de sus expresiones culturales. Todos los partidos de izquierda debemos garantizar espacios en nuestras luchas y en nuestras estructuras a estos sectores.
La cultura es hoy una de las principales armas de dominación de las oligarquías nacionales y de las grandes corporaciones que pretenden controlar el mundo y frenar todo proyecto emancipador. Es necesario fortalecer la batalla de las ideas en todas sus expresiones y a través de todos los medios. La lucha ideológica, cultural, mediática, resulta imprescindible para derrotar la invasión ideológica de las clases dominantes y así movilizar a los pueblos en la defensa de sus intereses. Debemos articular un frente de pensamiento contrahegemónico que incorpore sin prejuicios a nuestra lucha a personas y grupos de las más diversas filiaciones políticas.
El Foro de Sao Paulo felicita al gobierno de El Salvador y al FMLN por sus logros, sobre todo por las efectivas políticas sociales, que han permitido reducir la pobreza, y el combate a la delincuencia, que ha mejorado el clima de seguridad. Estamos convencidos que el gobierno del FMLN seguirá profundizando los cambios iniciados desde su primera gestión, en el año 2009, en beneficio del pueblo salvadoreño.
América Latina y el Caribe está en estos momentos y seguirá estando al frente de la lucha de los pueblos por una sociedad con justicia y libertad, sin explotación ni opresión; una lucha en la cual los pueblos, sus organizaciones políticas y sociales, y los gobiernos que defienden los intereses populares, se enfrentan a las más poderosas fuerzas del mundo, pero cuyo poderío económico y militar no podrá contra el poder de la razón, de las ideas, y de los más altos valores de la humanidad, que como proclamaba la Revolución Cubana en la Segunda Declaración de La Habana, “ha dicho BASTA y ha echado a andar…” Seguiremos construyendo el poder popular para asegurar las transformaciones económicas, sociales y políticas de los pueblos de América Latina y El Caribe.