Tambien la otra central sindical mayoritaria de Brasil, la Central Única de Trabajadores (CUT), anunció este lunes que tampoco comparecerá a la convocatoria hecha a los líderes locales por parte del presidente interino Michel Temer, a raíz de que "no reconoce a golpistas como gobernantes.


Declaraciones de Adilson Araujo , presidente de la CTB

Fue consumido por el Senado en la madrugada del jueves, 12 mayo 2016, el golpe de estado disfrazado de impeachment suspendiendo a Dilma Rousseff de la Presidencia de la República, poniendo en el cargo el conspirador
vicepresidente Michel Temer.

Bajo el liderazgo de Eduardo Cunha en la cámara de diputados y en el Senado con Renan Calheiros, el Congreso Nacional ha cometido una grave injusticia contra una Presidenta honesta, que no ha cometido ningún delito, atacando la Constitución y el estado democrático de derecho, demostrando que tenemos el Congreso más reaccionario de nuestra historia al menos desde el golpe militar de 1964. Cunha, un notorio corrupto, hizo el trabajo sucio y poco después fue descartado.

El gobierno instalado en Brasilia, con Temer al frente y muchas figuras estampadas con el sello de la corrupción, no fue consagrado por las urnas. No tiene el apoyo del pueblo y es rechazado por todos los movimientos sociales, fuerzas y personalidades democráticas, patrióticas y progresistas en el país. Carece de legitimidad y, por lo tanto, será contestado. No merece y no tendrá tregua en las calles.

Retroceso neoliberal

Temer y su pandilla de traidores y oportunistas representan los intereses de la burguesía, de los latifundistas y del imperialismo. Ésas eran las clases sociales que estuvieron (ahora como en 1964) detrás de la conspiración golpista, que respaldaron y financiaron generosamente. Los medios de comunicación capitalistas, que lleva un ADN antidemocrático y antinacional, desempeñaron un papel fundamental, junto con los sectores del Poder Judicial, el Ministerio Público y la Policía Federal.

Hay que recordar que la ofensiva conservadora para desestabilizar el gobierno Dilma comenzó en 2013 después de las manifestaciones de junio, que fueron manipuladas por la derecha y continuó con la campaña "no habrá copa” que se intensificó después del resultado de las elecciones de 2014, que nunca fue aceptado por la oposición.

Derrotada en las urnas, la derecha neoliberal vuelve al poder mediante el golpe de estado. Su propósito declarado es interrumpir el ciclo político iniciado por Lula tras las elecciones de 2002 y continuado por Dilma, guiado por un proyecto nacional democrático y popular, para imponer la retrocesión neoliberal. El programa de los golpistas (explicado en el documento titulado "puente para el futuro" del partido PMDB y los "15 puntos" del partido PSDB) es una amenaza para los derechos de la clase trabajadora (y no sólo los logros acumulados de los últimos 13 años) y para la soberanía nacional y la democracia.

Temer se compromete a flexibilizar los derechos laborales, estipulando los contratos de trabajo al arbitrio del mercado al estipular la primacía de lo negociado sobre la ley. Se trata en esencia, del mismo proyecto de reforma laboral enviada por el ex presidente FH Cardoso al Congreso Nacional, que fue aprobado por el congreso, pero fue descartado por Lula poco después de asumir el poder en 2003. Sería el final de la CLT-Consolidación de las Leyes Laborales.

Por esta y otras razones, Temer no será un puente para el futuro como engañosamente anunciado, sino un puente para el retroceso al pasado neoliberal, que muchos pensaban enterrado. Temer aboga por la tercerización generalizada de la economía y la fijación de una edad mínima para la jubilación. La subordinación de la Seguridad Social al Ministerio de Hacienda revela las nefastas intenciones del capitán del golpe de estado.

El gobierno golpista también ultraja la soberanía nacional al declarar el objetivo de cambiar el marco regulatorio de las reservas de petróleo del pre-sal y entregar nuestro petróleo a la libre explotación del capital extranjero. Con José Serra en el Ministerio de Relaciones Exteriores lo más probable es que veremos, el debilitamiento del MERCOSUR, la CELAC y los BRICS, el abandono de la política de integración de América Latina y la restauración de la diplomacia de Estados Unidos.

Finalmente, una autoritaria ofensiva contra los movimientos sociales es de esperarse. Debemos reaccionar con energía al programa de retroceso que los golpistas al servicio de la burguesía y del imperialismo pretenden imponer.

Sin duda pretenden criminalizar las luchas y los movimientos sociales.

Pero no nos intimidarán. No vamos a retroceder. No vamos a bajar nuestras banderas. Nuestro compromiso es redoblar los esfuerzos de concientización y movilización de la clase obrera y del pueblo brasileño contra el retroceso neoliberal, en defensa de la democracia, de la CLT- Consolidación de las Leyes Laborales y de la soberanía nacional.

¡ Fuera Temer !


BRASIL ES EL BLANCO

Por Divanilton Pereira*


La situación política internacional sigue reflejando el desarrollo desigual de las naciones. El predominio del rentismo en el capitalismo contemporáneo alcanza niveles incontrolables y también por eso, esa hegemonía amenaza el ya débil patrón civilizacional actual. La crisis capitalista en curso acelera estas contradicciones.

El marco político y económico constituido después de la segunda guerra mundial ya no coincide con las condiciones actuales. El consorcio imperialista liderado por los Estados Unidos pretende mantener su hegemonía y nuevos centros políticos enfrentan esta resistencia.

Articulaciones inter-regionales, como los BRICS y regionales como ALBA, CELAC y UNASUR son expresiones de este nuevo esfuerzo de cambio y refuerzan la transición hacia la multipolaridad en escala mundial.

Se constata que la región América Latina y Caribe, especialmente con la ascensión de gobiernos progresistas a partir de 1998- que se unió a la histórica resistencia cubana- posicionó nuestra región en esta nueva tarea geopolítica.

Esta lucha tensó aún más el mundo y nuestra región. No coincidentemente, la mayoría de estos países enfrentan conspiraciones políticas, chantajes y sanciones económicas, en un nítido movimiento imperialista articulado para descarrilar esos procesos.

En Brasil, desde la cuarta victoria electoral consecutiva de su pueblo en 2014, la élite brasileña, articulada con los intereses imperialistas, no acepta el resultado y complota contra el gobierno de la Presidenta Dilma Rousseff y busca criminalizar al ex Presidente Lula.

Percibiendo de que a través de la consulta electoral no es capaz de ganar, la derecha brasileña una vez más realiza su tradición golpista y repite su táctica antidemocrática contra los gobiernos progresistas elegidos: "Ellos no pueden presentarse como candidatos, si se presentan, no pueden vencer. Si vencen, no pueden tomar posesión. Si toman posesión, no pueden gobernar".

Esta es la línea conspiratoria que está en curso contra la Presidenta Dilma. Bajo la máscara de un pedido de destitución, sin ningún fundamento legal, se realiza un golpe de estado que confronta la joven democracia brasileña.

Los verdugos integran un consorcio oposicionista que está formado por el poder judicial, la policía federal y un Parlamento conservador. Esta contingencia es potencializada, descaradamente por un sistema de comunicación nacional monopolizado que manipula una gran parte de la opinión pública.

El Parlamento, destacadamente la Cámara Federal, formada por una mayoría reaccionaria, aprobó el pasado día 17 de abril la admisibilidad de la destitución de la Presidenta. Ese golpe estuvo bajo el mando del Presidente de la Cámara, el diputado Eduardo Cunha (PMDB-RJ), un parlamentar que es denunciado por el poder judicial por corrupción y lavado de dinero. Sin embargo por haber dirigido el intento de golpe de la derecha, permaneció en la Presidencia hasta la conclusión del proceso en la Cámara de diputados. Un escándalo que deslegitima todavía más la destitución. Sólo después de haber concluido el golpe en la Cámara, fue debidamente alejado por la Corte Suprema.

Ahora el proceso se encuentra en el Senado Federal, otra casa conservadora, que juzgará en los próximos días la consumación o no de un golpe mediático-parlamentario que podrá abrir el camino para el regreso de las fuerzas reaccionarias y su programa neoliberal.

Por lo tanto, Brasil es el blanco del imperio, víctima también del nuevo y sofisticado nuevo movimiento del "golpe suave" - que ya ha afectado Honduras, Paraguay, Venezuela y Argentina - una arquitectura política que pretende desconstruir y descarrilar los procesos de nuestra integración regional.

Aún enfrentando esa feroz contraofensiva, marcada por una fuerte unidad de la clase dirigente junto con la manipulación de los medios de comunicación, los movimientos sindical, social y democrático del país desarrollan una intensa agenda de resistencia democrática.

Centenares de juristas, intelectuales y artistas se suman a las grandes manifestaciones populares articuladas por las centrales sindicales - CTB e intersindical (afiliadas a Federación Sindical Mundial) y la CUT – en conjunto con el movimiento estudiantil y comunitario. El resultado es un gran movimiento cívico contra las articulaciones de la derecha. La lucha de clases en Brasil alcanzó una nueva fase, en su intensidad, forma y alcance.

A pesar de la generalizada insatisfacción política, se despierta de manera creciente en el país una reacción contra esa maquinación, sobre todo por los actores que la conducen: los neoliberales históricos como el ex presidente Fernando Henrique, el rechazado vicepresidente Michel Temer (PMDB-SP) - el capitán del golpe que asumió en el último periodo una conspiración y traición abierta visando asumir la Presidencia de la República – así como el corrupto diputado Eduardo Paes.

La clase trabajadora brasileña es la más interesada en combatir esas fuerzas golpistas, porque conoce los efectos del regreso de su agenda. Un período nefasto ya vivido que fue marcado por la subordinación a los dictados de los Estados Unidos, contra la soberanía nacional, los derechos sociales y los derechos laborales.

El PMDB, partido directamente beneficiado por el golpe, porque tiene la sucesión de la Presidencia, la Vicepresidencia y la Presidencia de la Cámara Federal recientemente lanzó un programa con el cual quiere supuestamente gobernar el país: el autodenominado "puente para el futuro". En realidad, es un documento que no deja ninguna duda sobre los rumbos y riesgos que el país incurriría. Se trata de una propuesta-túnel para un pasado liberal.

La CTB está consciente de las contradicciones y limitaciones del proyecto nacional progresista desde el Presidente Lula hasta Dilma, para nosotros lo que está en juego no es el juicio de un gobierno, sino evitar que el país – con serísimas repercusiones en América Latina y el Caribe – sea engullido por el reaccionarismo político, por la especulación financiera y por el consorcio imperialista.

Reafirmamos que Brasil se inserta en un contexto de correlación de fuerza estratégica desfavorable a nivel mundial, una interpretación que nos conduce a implementar tácticas de acumulación de fuerzas.

Estar en Cuba significa convivir con las enseñanzas de su experiencia revolucionaria, donde las categorías de estrategia y táctica son permanentemente actualizadas. Significa entender – para la permanente defensa de su soberanía –que cambian los medios, pero los objetivos amenazadores contra su patria se mantienen. Con esta inspiración, la CTB entiende el proceso político brasileño sin ilusiones, distinguiendo los diferentes niveles entre los medios y los fines.

Con esas premisas luchamos para que las experiencias democráticas y populares, como la de Brasil, no sean interrumpidas en nuestra región.

A pesar de las dificultades actuales, nuestras jornadas nacionales de lucha buscan interrumpir el golpe en curso en Brasil, pero al mismo tiempo, desarrollamos fuerzas para enfrentar cualquier escenario, particularmente aquellos que amenazan nuestra democracia, soberanía y los derechos de nuestro pueblo.

Así lo entiende la CTB.

¡Viva la integración de América Latina y el Caribe!

¡Vivan las trabajadoras y los trabajadores!

¡Viva la revolución cubana!

¡Venceremos!


DEMOCRACIA USURPADA, PUEBLO VICTIMIZADO

Por Divanilton Pereira*

El día 12 de mayo de 2016 entra en la historia de Brasil como la fecha de un acontecimiento vergonzoso y arbitrario. La mayoría del Senado Federal, agrediendo la Constitución, aprobó la admisibilidad de una destitución sin fundamento jurídico. Dilma Rousseff está alejada de su cargo y, sin haber cometido ningún crimen, será juzgada por el Senado. El vicepresidente Michel Temer, el capitán del golpe, entra en el palacio presidencial por la puerta de atrás, por la imposición de un proceso ilegal, por lo tanto, ilegítimo. Él es la síntesis del reaccionarismo político, del neoliberalismo y de la relación umbilical con el imperio de EE.UU.

Brasil está siendo violado por su élite, instrumentalizada por la manipulación de los medios de comunicación. Como dijo la propia presidenta después de esa agresión: "Lucharé con todas las armas legales contra este golpe." Se caracteriza por una nueva fase de la resistencia democrática y popular en el país.

La CTB denunció este golpe desde su origen e integra con un fuerte protagonismo político estas luchas. A partir de ahora, se intensificará aún más las movilizaciones para derrotarlo y desde ahora se opone tenazmente al gobierno ilegítimo de Michel Temer.

Reforzaremos las jornadas envolviendo las más amplias fuerzas políticas democráticas del país y crearemos las condiciones para la reanudación de la normalidad democrática y por lo tanto el legítimo mandato de la Presidenta Dilma Rousseff.

¡Volveremos!

*Divanilton Pereira es Secretario de Relaciones Internacionales de la CTB y Coordinador de la FSM Cono Sur

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