Este aniversario del golpe nos encuentra en un difícil contexto, muy diferente al de los últimos años, ya que han llegado al gobierno de manera directa y sin intermediaciones los representantes de las corporaciones trasnacionales, de los medios concentrados de comunicación, de los monopolios del sector agro-exportador y de la banca global hegemónica del sistema financiero internacional, imponiendo sus políticas de ajuste, endeudamiento, despidos y represión.
En este marco, la presencia de Barack Obama en nuestro país este 24 de marzo significa un regreso a la política internacional de “relaciones carnales” que dominaron en los 90, y un claro mensaje del gobierno de Macri que busca dejar atrás tanto la política de integración y mayor autonomía impulsada en nuestra América, como la de derechos humanos en Argentina, como lo demuestra la detención de Milagro Sala, primera presa política del macrismo.
En su visita, el presidente norteamericano realizará acuerdos con Macri que garantizarán la injerencia de agencias norteamericanas en nuestro país, tras la excusa de “colaboración” en la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico. Estos acuerdos responden a la política imperialista de los Estados Unidos en la región. Mayor presencia de la DEA en la Argentina, militarización de la Triple Frontera para enfrentar al “terrorismo”, cursos de capacitación de agentes antinarcóticos de EEUU a las fuerzas de seguridad como forma de perfeccionar sus capacidades represivas.
Esto es posible porque hoy, a 40 años del Golpe cívico-militar, los representantes de los grupos económicos, de la corporación judicial y de los grupos civiles cómplices de la dictadura han llegado al gobierno de la mano de Cambiemos y reciben con todos los honores a Barack Obama, representante del imperialismo que impuso dictaduras, muerte y desolación en nuestro continente para reprimir a nuestros pueblos y que hoy busca recuperar su predominio y tomar revancha de aquel 2005 en que los pueblos latinoamericanos dijimos NO AL ALCA.
Por eso reivindicamos el carácter antimperialista de este 24 de marzo.
El terrorismo de Estado se aplicó en nuestra patria durante mucho tiempo: así sucedió con nuestros pueblos originarios, con la represión en la década del 30, con los bombardeos de 1955 y también mucho antes del Golpe de 1976, cuando empezaron a operar las organizaciones paramilitares como la Triple A. Con los genocidas en el poder se implementó un plan económico, político, social y cultural contra el pueblo. Apoyando e instigando este golpe de Estado estuvieron los grandes grupos económicos nacionales y transnacionales, y no sólo pidiendo a gritos el terrorismo de Estado, sino también en muchos casos prestando sus instalaciones, su logística y sus vehículos para el exterminio, y entregando listas de trabajadores que militaban.
No olvidamos que la desarticulación de la clase obrera fue uno de los objetivos centrales de la dictadura.
Ya desde antes del Cordobazo buscaron aniquilar a los obreros organizados, a esos que se rebelaban contra la explotación, defendían sus derechos y se sindicalizaban.
La economía de la dictadura fue el plan político del genocidio. Se ideó un proyecto para colocar toda la economía al servicio de las multinacionales, la Sociedad Rural Argentina, y otros grupos, destruyendo la industria nacional. Se masacró a una generación que estaba organizada para resistir ante el avance de los intereses financieros multinacionales en el Continente.
El terrorismo de Estado, cometido en casi todos los países de Latinoamérica, llegó para allanar el territorio al neoliberalismo. Los genocidas instalaron un modelo de hambre y exclusión que dañó a todo el pueblo. No cometieron sus crímenes solamente dentro de los centros clandestinos. Cometieron también crímenes económicos, de los que todo el pueblo también fue víctima, y cuyas consecuencias seguimos padeciendo. La dictadura nos dejó una deuda externa que nos condenó a la dependencia durante décadas. Los empresarios se llenaron los bolsillos y vaciaron los del pueblo, de la mano del FMI y los organismos internacionales de crédito.
Esta historia la conocemos, y sabemos que la renegociación con los Fondos Buitres y el sistema financiero internacional solo acarrearán una nueva espiral de endeudamiento que pone en serio riesgo el presente y el futuro de nuestro pueblo.
Ante este nuevo ciclo de endeudamiento, pensamos que es necesario abrir el debate y retomar la idea de suspender los pagos de la deuda y realizar una verdadera auditoría sobre la legalidad y el origen de la misma.
Es por esto que desde el Partido Comunista seguimos impulsando la denuncia y el esclarecimiento de la responsabilidad del poder económico concentrado de carácter imperialista que fuera promotor e inspirador de la dictadura y el terrorismo de Estado, con su secuela de crímenes de lesa humanidad cometidos contra el pueblo argentino y en su nefasta coordinación con las dictaduras de la región a través de siniestros operativos como el llamado Operativo Cóndor, que atentaron también contra los pueblos hermanos del Cono Sur.
Refirmamos el compromiso de perseverar en esta lucha reclamando la aceleración de los juicios y al mismo tiempo la urgente derogación de Ley Antiterrorista. La sanción de esta ley por el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, es una concesión negativa y peligrosa al poder real en nuestro país y a su principal componente, el imperialismo norteamericano. Con el gobierno de Macri, el poder económico que perpetró el genocidio y que continua expoliando nuestra economía, que destruye el medio ambiente y saquea nuestros recursos naturales, como el agua, la minería, la tierra o el petróleo, busca preservar sus intereses en complicidad con el HSBC, el JP Morgan, Chevron, la Barrick Gold, entre otras multinacionales. Es el mismo poder económico que, según el fallo del juez Ballesteros, utilizó el endeudamiento del país para solventar sus negocios privados como Macri, Fortabat, Bunge & Born, Bridas, Bulgheroni, Pérez Companc, Techint (Rocca), Soldati, Pescarmona, que contrajeron la deuda privada, que más tarde sería estatizada y pagada por todo el pueblo.
El Partido Comunista, continúa impulsando la lucha por la verdad y la justicia y se ha constituido como el único Partido querellante en los juicios contra los genocidas, batallando por poner fin a la impunidad y en el único que ha presentado reiterados pedidos de nulidad de la Ley Antiterrorista.
Por eso es que hoy volvemos a decir bien fuerte:
¡LOS GRUPOS ECONÓMICOS TAMBIÉN FUERON LA DICTADURA!
¡EXIGIMOS JUICIO Y CASTIGO YA!
¡NO A LA INJERENCIA IMPERIALISTA DE LOS EEUU, COMPLICE DEL TERRORISMO DE ESTADO!
Los comunistas convocamos a nuestros camaradas y demás integrantes del campo popular a llevar adelante acciones unitarias, organizadas, de carácter antimperialista y de liberación nacional y social. Es el combate que nos corresponde librar desde siempre, y con mucho más énfasis en la actual coyuntura.
-Juicio y castigo para todos los responsables, cómplices y beneficiarios políticos y económicos de la dictadura
-Derogación de la ley antiterrorista del imperialismo
-No al protocolo se seguridad
-Libertad a Milagro Sala
-No al acuerdo con los Fondos Buitres – No volvamos al Fondo
-Fuera ingleses de Malvinas, fuera yanquis de América Latina
-Solidaridad con los pueblos latinoamericanos agredidos por el imperialismo
-Fuera Obama de Argentina y de América Latina
Buenos Aires, 24 de marzo de 2016
Partido Comunista
Federación Juvenil Comunista >/p>
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